En el entorno del cambio personal es característico escuchar a hablar de consecución de objetivos vitales como cambios de trabajo, de pareja, desarrollo interior, espiritual, dinero, amor, éxito, creación de empresas, publicación de libros, etc.

Se podría decir que estos son los objetivos “estrella”, los “mediáticos”, los que acaparan toda la atención. Y de hecho, son las más vistosos o atractivos.

Pero a mi gusta de lo que yo llamo “micro objetivos” y que son pequeñas consecuciones relacionados con grandes objetivos o aislados pero que normalmente no llaman la atención.

Puede ser desde contactar con una persona que no parecía fácil, pasar un día sin pelearse con alguien querido, sonreír, terminar una tarea pendiente, ir a hacer la compra, cumplir con un pequeño compromiso con alguien más…en definitiva nada del otro mundo pero con un efecto interesante e importante sobre nosotros.

Cuando confiamos en alguien más, lo que hacemos es realizar una predicción de su comportamiento. Es decir, si le pido un favor es porque creo que lo cumplirá o dicho de otro modo, porque en mi cabeza hago una predicción de ello. Si alguien en que confío me falla repetidas veces, mi capacidad de predecir su comportamiento disminuye, y por lo tanto también mi confianza en él.

Los “micro objetivos” pueden parecer poco importantes pero cada vez que no cumples uno, la cuenta corriente de confianza en ti mismo puede disminuir y esto puede afectar a la seguridad que tengas de conseguir objetivos mayores. Pero también pasa al revés, si vas consiguiendo dichos objetivos, vas construyendo una “cuenta corriente” de confianza que te será útil para afrontar más retos.

Por lo tanto, piensa bien que pequeñas acciones te propones y planifica adecuadamente su consecución ya que aunque parezcan de una importancia menor, no se pueden menospreciar, todo lo contrario, bien utilizados son una fuente de motivación y autoestima muy interesantes.