La Programación neurolinguística. ¿Es una pseudociencia?

Depende. Depende de qué versión escuches sobre qué es la PNL o Programación Neuro Lingüística. Por eso, cuando me encuentro con acusaciones en contra de la PNL (que casi siempre provienen de personas que prácticamente desconocen la materia) a veces tengo que darles la razón.

Sí, como lo lees. Y es que el modelo de enseñanza de la PNL más extendido y apoyado mayoritariamente por los centros de formación de esta materia en España propone que la PNL en el fondo es un conjunto de técnicas que aplicadas adecuadamente generan cambios milagrosos en las personas. Este modelo distorsionado de la PNL lleva a esos estudiantes a buscar categorías entre las personas (visuales, auditivas y cinestésicas) y a aplicar modelos generales (como los famosos movimientos oculares).

Ante esta situación los detractores de la PNL tienen toda la razón cuando critican el que se proponga que a través de ciertas técnicas se puede solucionar la vida de los demás y que al mismo tiempo, se puede categorizar a las personas y aplicarles modelos generales. La primera pregunta que lanzan es: ¿Qué estudios científicos avalan dichas generalizaciones?

Pero esto pasa por una desinformación masiva sobre que es la PNL.

La realidad es que la PNL nació como el estudio de la subjetividad es decir, del análisis particular de individuos. Es decir, la PNL es todo lo opuesto a lo que proclaman ciertos individuos cuando hablan de forma generalizada. En PNL no se puede hablar de forma genérica sobre la conducta humana. La PNL es anti estadística por definición, y por lo tanto, nunca puede ser considerada científica (o pseudo científica). Pero el modo en que se enseña en muchos casos, sí lleva a pensar en un intrusismo en la psicología.

La PNL es una tecnología basada en tener herramientas de análisis para poder describir las relaciones que se establecen en un individuo entre sus pensamientos y sus estados emocionales y como interaccionan con sus objetivos. Como herramienta de análisis, no puede estar sujeta a resultados procesables estadísticamente ya que por definición, cada análisis que se realice va a ser diferente.

Ahora bien, la consideración podría ser diferente si lo que se pretendiera fuera “curar” a personas. En una suerte de diagnosis e intervención. Si ese fuera el caso, se requeriría estipular un protocolo o procedimiento de actuación y demostrar que funciona. Pero para eso ya está la psicología. En PNL buscamos analizar cómo un individuo lleva a cabo conductas que le permiten alcanzar sus objetivos o no, y esta parte, es un única para cada persona.

Por último, se ha establecido la falsa idea de que gracias al análisis de las estrategias de un individuo, dichas estrategias pueden ser traspasadas a la mente de otra persona. Esa idea nunca fue formulada así por sus creadores pero entiendo que sea atractiva tanto para los que la proclaman como para su público. Una vez más, se trata de darnos cuenta que dicha afirmación tiene que ser probada y claro está, eso no es ni el objetivo ni la competencia de esta tecnología.

Lo que sí se propone desde este ámbito, es que podemos aprender conductas de éxito de otros individuos y buscar adaptarlas (que no implantar literalmente) para nosotros u otras personas. Pero esto no es nada nuevo, ni se requiere aceptar que el cerebro es como un ordenador preparado para ser programado. Simplemente, es llevar a más detalle, lo que los seres humanos llevan centenares de miles de años haciendo: aprender de los demás.

En este caso concreto, y con herramientas de análisis, dicho aprendizaje se realiza con mayor detalle y se puede sistematizar. Pero es ridículo pensar que podemos “instalar” programas de éxito en la mente de otros.

La segunda parte de la PNL, es en la que se propone una serie de mecanismos para generar reajustes en la conducta de manera que pueda aumentar las posibilidades de éxito. Esta es la parte que puede generar más controversia si no se explica bien, y los detractores viscerales de esta tecnología nunca quedarán satisfechos con la explicación.

La PNL propone que a través de modificar el conjunto de representaciones mentales que nos hacemos cuando recordamos o imaginamos (las imágenes, sonidos, sensaciones, etc.) y que habitualmente procesamos inconscientemente, podemos desarrollar conductas nuevas delante de una situación.

Algunos alegarían aquí que eso es patrimonio de la psicología. La realidad es que la PNL no pretende usurpar el protagonismo a la psicología sino todo al contrario, se nutre de sus ideas para poder construir un modelo más robusto. De este modo, la PNL busca dotar a los seres humanos de ciertos recursos que le permitan modificar procesos internos, de manera que optimicen sus estrategias mentales y que por lo tanto, les permitan aumentar sus posibilidades de éxito.

También se ofrecen herramientas de pensamiento crítico para poder tomar consciencia del “relato” que nos construimos sobre la realidad y su funcionamiento, de manera que podamos cuestionarlo y por lo tanto, ajustarlo para que nos sea más útil.

Los promotores de la PNL (Richard Bandler y John Grinder) se caracterizaban en sus orígenes por cuestionarlo todo y por retar al “stablishment” del mundo de la psicología para que revisaran aquello que creían saber sobre el ser humano. En otras palabras, ejercían el pensamiento crítico más que postular nuevas teorías sobre el funcionamiento de la mente. Es una lástima que esa esencia revolucionaria en su origen, se haya ido diluyendo con las siguientes generaciones y que hoy en día, no se cuestione ni las propias ideas detrás de lo que se enseña sobre PNL. Es precisamente esta distorsión del mensaje original, agravado con una deficiente capacitación de aquellos que lo promueven, lo que está llevando a la PNL a ser considerada una pseudociencia.

A pesar de esto, aquellos que se toman la molestia de ir más allá de las ideas de marketing fácil y evitan caer en la tentación de utilizarlas, todavía son capaces de aportar herramientas de calidad a todos aquellos que quieren emprender un proceso de mejora tanto personal como profesional.

Xavier Pirla

Ingeniero Superior de la ETSECCPB

Único Licensed Master Trainer of NLP de España

Director de Talent Institut