Lo más probable es que a estas alturas hace ya unos días o semanas que te hayas propuesto una serie de objetivos y que te estés dando cuenta que no va a ser tan fácil como esperabas. Según algunos estudios, el 92% de todas las personas que se proponen algún tipo de objetivo para principios de año, quince días después ya han abandonado.

¿Cuáles son los motivos por los que la mayoría no consiguen sus objetivos? Mi experiencia con cientos de clientes me demuestra que el principal problema es no tener el hábito más importante de todos: el de acabar aquello que se empieza.

En este artículo te voy a hablar de algunas de las claves más importantes que te van a permitir desarrollar este hábito tan importante y que es la base para establecer los otros hábitos que tanto deseas.

Crear hábitos

Muchos de los alumnos de mis cursos de PNL, especialmente en el Practitioner de PNL que es el nivel inicial, me dicen: oye Xavi, ¿Cómo genero mis hábitos? Y es que el secreto de cómo crear hábitos es la piedra filosofal del cambio.

Se habla mucho de cómo definir objetivos o de cómo alcanzar metas y, ciertamente, esta parte también es importante y hablo de ello en otros artículos. Una vez ya tenemos definido un objetivo, hemos de diseñar un plan de acción: ¿Cómo hago para establecer hábitos y que me permitan mantenerme en aquello que he iniciado?

La respuesta es que, como todo, se requiere tener habilidades. Pero claro, si para tener habilidades, requiero tener habilidades, ¿Cómo salgo de este círculo vicioso? Pues ahí es donde están atrapadas tantas personas.

El hábito de generar nuevos hábitos

Nuestra vida diaria se compone de infinidad de rutinas, desde cepillarse los dientes cada noche a ir al trabajo. Son hábitos adquiridos muchos de ellos hace un largo tiempo y, por lo tanto, no nos requiere ningún esfuerzo llevarlo a cabo.

Claro, esa es precisamente la definición de hábito: aquel conjunto de comportamientos que tenemos tan mecanizados que no nos requiere un esfuerzo hacerlos. De hecho, no necesitamos ni pensar en ellos.

Pero conseguir un nuevo objetivo puede suponer el tener que llevar a cabo comportamientos diferentes. Digo “puede suponer” porque no necesariamente debería ser así. Por ejemplo, si yo ya tengo el hábito de meditar cada mañana 10 min, quizás ahora quiera aumentarlo a 15. El hábito ya lo tengo por lo que me supondrá un esfuerzo menor que empezar a meditar desde cero.

¿Y si lo que quiero es empezar a correr por las mañanas? Para este objetivo no tengo un hábito, pero si tengo el hábito de generar nuevos hábitos, seguramente tendré ya mi propia estrategia para adoptar este nuevo hábito.

Y es que el músculo de crear otros hábitos no está muy desarrollado en personas con una vida relativamente estable y constante. No lo necesitan. Y cuando se deciden a cambiar algo de su vida, no saben cómo lidiar con las diferentes sensaciones que se generan y su efecto en las decisiones que se toman.

Cómo generar un nuevo hábito

Un hábito no deja de ser una habilidad interiorizada. Sabes que tienes un hábito cuando te sientes mal por no llevar a cabo la actividad asociada a la habilidad. En este sentido, las herramientas de la PNL nos pueden ayudar a entender cómo hacemos en nuestra mente para desarrollar e interiorizar nuevas habilidades.

Cómo el hábito de adoptar hábitos parte de una habilidad, la habilidad de afrontar cambios, lo primero de todo es entender que requiere un aprendizaje y práctica. Nadie pretende tocar el piano como un profesional en sus primeros meses de aprendizaje. En cambio, sí esperamos que en el momento de proponernos algo, ya nos pongamos automáticamente a hacerlo sin considerar si nos va a costar más o menos.

Para subir al Everest, primero es necesario entrenar en montañas mucho más asequibles y paulatinamente ir incrementando la dificultad para ganar en forma física y habilidad técnica.

Esta es una de las claves para convertirnos en virtuosos de la creación de hábitos: no empieces queriendo generar hábitos grandes. Acostumbra a tu mente a conseguir cosas nuevas, a generar rutinas y finalmente a asentar cambios.

Empezar por pequeños hábitos

Para ello, empieza con hábitos pequeños, asequibles. Si lo que quieres es estudiar inglés, en vez de proponerte el hábito de estudiar 6 horas a la semana, quizás antes te sea más fácil establecer un pequeño hábito de escuchar un vídeo en YouTube 5 min al día.

A veces, nada tiene que ver con el propio hábito. Fíjate: Hay personas que no consiguen dejar las llaves siempre en el mismo lugar o tapar el dentífrico. Quizás primero sea mejor entrenar al cerebro a conseguir cosas, por pequeñas que sean y luego pasar a otras más relevantes progresivamente.

De verdad, confía en mí: Si no tienes el hábito de hacer aquello que te propones, va a ser muy difícil arrancar nuevos hábitos. Yo ya entiendo que enroscar el tapón no te parece ni remotamente tan interesante como ponerte en forma, pero no por querer correr vas a saber ya como andar.

Además, vas a tener un beneficio indirecto: Gracias a ir consiguiendo cosas generando hábitos más pequeños, ganarás confianza en ti mismo. Nuestro cerebro gana confianza a través de experiencias de éxito y no sólo a través de palabras de aliento como: “Yo soy poderoso” o “Yo sí puedo”.

Como dice Richard Bandler, el padre de la PNL: “Si quieres que alguien entienda algo, dale una experiencia”. Si quiere que tu cerebro se crea que sí eres capaz de alcanzar tus objetivos creando nuevos hábitos, empieza por pequeñas victorias que harán que acabes ganando la guerra.

Para saber más de estrategias mentales para aumentar tu éxito, te recomiendo que mires cursos de PNL y que pidas cita para que nos conozcamos a través del formulario que encontrarás arriba de la página principal.

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