Hace unos días publicaba un video (tienes el enlace al final de este post) donde hablaba de las claves para definir adecuadamente tus objetivos. Y tú pensarás, ¿Para qué un artículo ahora? La respuesta es que hay un tema del que no hablé y que es fundamental para la buena definición de objetivos: La ecología personal.

Pero antes de tocar este tema fundamental, hablemos de qué deberíamos siempre tener en cuenta para la definición de objetivos.

Clave 1: Para alcanzar tus objetivos trabaja con tu cerebro

Tú cerebro necesita la información clara y concisa y no es suficiente con dársela en forma de palabras ya que no es su idioma base. Sí lo son las representaciones mentales. Puede ser que ya sepas de PNL y ya sepas que se trata de representar los objetivos visualmente, auditivamente y kinestésicamente. Pero quizás no te hayas planteado nunca la importancia de generar una representación simbólica de tu objetivo.

Los símbolos se han utilizado desde tiempos inmemoriales. Tienen un efecto que trasciende lo consciente. Hasta podríamos decir que tienen una componente mágica.

Construye un símbolo relacionado con tu objetivo y dale un significado especial para ti y único.

Clave 2: Tú eres el motor, tú eres el receptor

Nos gusta ayudar a los demás. Y eso está muy bien. Quisiéramos  que nuestra familia le fuera todo muy bien, pero, ¿Qué control y responsabilidad tenemos en ello? ¿Es nuestro papel estar en medio de su propio desarrollo y vida? En parte seguramente sí, y cuanto más jovencita es la familia, más responsabilidad tenemos. No siempre es fácil trazar una línea sobre aquello que tenemos influencia para que suceda o que sea de nuestra responsabilidad hacerlo, pero es importante hacer esa reflexión. 

Para la mayoría de objetivos, tú deberías ser el motor del cambio, pero también el receptor de los beneficios de ese cambio. 

En conclusión: diséñate los objetivos para ti y donde tú tengas un papel activo.

Clave 3:  Construye un sentido (y una dirección)

“En este trabajo no me valoran”, “No quiero seguir sufriendo”, “No me gusta lo que hago”. Hablamos de lo que no queremos porque nos incomoda y nuestra atención se dirige a ello. El comportamiento humano es altamente atencional. Como dirían algunos: “Donde va la atención, va a la energía”.

Cuidado hacia dónde te enfocas. Construye un lugar al que llegar y que ese sentido tenga una dirección en tu vida. Que sea significado de algún modo para ti. Este último punto encaja de lleno con la clave 4 y motivo de este post: la ecología personal.

Clave 4: Nunca olvides lo importante para ti

Fíjate que de este punto no hablé en el vídeo de YouTube pero al mismo tiempo es fundamental. Yo diría que imprescindible. ¿Sabes que es aquello valioso para ti? ¿Sabes lo que te mueve y le da significado a tu vida?

Y es que nuestras ganas de alcanzar nuestros sueños pueden generar una visión túnel que nos haga perder de vista otros aspectos de nuestra vida que también nos llenan o hasta son importantes para nosotros.

Pero, ¡atención! Es más fácil decirlo que hacerlo. Nuestro tiempo es limitado al igual que nuestras energías. Nos encantaría ser una persona de éxito, con amigos, atendiendo a la familia, estando sano y tantas otras cosas que hoy en día se requieren. Pero nuestro objetivo puede que requiera mucho tiempo. 

No siempre es fácil poner un límite claro y decir “hasta aquí”. Especialmente, cuando nos identificamos tanto con nuestro objetivo que no alcanzarlo sería como perder una parte de nosotros.

Por eso es importante la reflexión periódica. Detenerse y hacer un diagnóstico del estado de nuestra ecología personal. Obviar esto te puede llevar a una insatisfacción permanente o la sensación de no “estar haciendo bien las cosas”.

Revisa tus valores. Pon atención a cómo te sientes y hazte preguntas valientes sobre lo que es importante para ti y si lo estás atendiendo adecuadamente.

Por cierto, si quieres información más detallada de cómo definir objetivos, aquí tienes el video que te decía al principio.

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