¿Se pueden vencer los auto sabotajes? ¿Porqué tengo auto sabotajes inconscientes? ¿Cómo hago para conseguir mis objetivos personales? ¿Hay técnicas de PNL para conseguir metas? Las respuestas a estas preguntas te va a sorprender y verás que poco tiene que ver con las frases motivacionales para conseguir tus objetivos.
Una vez tenemos los buenos propósitos para el año hechos, con la lista de objetivos (hablar inglés, hacer meditaciones, ir más al gimnasio) viene una lista de auto sabotajes interminable, cada uno de ellos, seguramente perfectamente justificado. Pero, ¿Qué es un auto sabotaje? ¿Existen realmente? Vamos a ver la versión que cuento en mis cursos de PNL, y que está basada en la base de la Programación Neuro Lingüística pero también en la última aproximación de la neurociencia.
¿Cuál sería la definición de auto sabotaje?
Lo primero de todo es entender que un auto sabotaje es una toma de decisiones inconsciente. Imagínate delante del ordenador acabando un trabajo que no te gusta, y de repente, te acuerdas que no has planchado la ropa. Ahora tu mente, se debate entre seguir trabajando e ir a planchar.
Si la sensación que te transmite estar delante del ordenador es menos buena o directamente peor que planchar, tu mente hará todo lo posible para que te vayas a planchar. ¿Es esto un auto sabotaje? Realmente no. Tu cerebro quiere lo mejor para ti y por lo tanto, si se va a sentir mejor planchando, buscará eso.
Aquí entra la lucha entre diferentes partes del cerebro, y por eso nos parece que nos saboteemos; Por un lado, tenemos a nuestro sistema límbico-emocional y por el otro, la parte más lógico ejecutiva. Mientras una quiere que estés bien, la otra sabe que “lo correcto” sería acabar el proyecto”. Esta batalla dentro del cerebro se puede apreciar en resonancias magnéticas y pasa en general, totalmente desapercibida para las personas.
Y eso no es lo peor del caso, de repente, tu mente justifica racionalmente ese deseo irrefrenable de ir a planchar, y te cuenta que claro, que la ropa ya lleva mucho tiempo ahí y que de hoy no puede pasar, a pesar de que hace al menos dos meses que se empezó a acumular.
A veces, es un acto mucho más pequeño como mirar continuamente el WhatsApp, Facebook, Instagram o cualquier otra red social. Esos pequeños actos, como ya veremos más adelante, son en realidad, un modo de obtener gratificaciones instantáneas. Y si las necesitas, es probablemente porque aquello que estás haciendo ahora, no te gratifica lo suficiente.
Por lo tanto, aunque hablemos de auto sabotajes, lo que te sucede es que algo no está bien diseñado en tu estrategia de motivación o en tu plan de trabajo, o quizás simplemente estés muy cansado, y ese acto que se aleja de lo que en teoría deberías hacer, es sólo una lucecita roja de que algo debe ser cambiado.
Escuchar a tu cuerpo
Otro aspecto al que debemos poner mucha atención es a tu fisiología. Tu cerebro tiene unos límites donde funciona eficazmente, y una vez rebasados, la productividad decae. Y este es uno de los mayores errores que puedes cometer: intentar apretar más actividades dentro de tu tiempo. Ya sabes; recortar horas de sueño, hacer multitasking, pocos descansos y estar muchas horas haciendo lo mismo.
Para poder resistir tentaciones, el cerebro requiere utilizar el córtex prefrontal. Esta parte del cerebro es la que nos permite resistir a nuestros arrebatos emocionales, pero es como un coche deportivo, requiere de combustible de alto octanaje, una buena carretera, y buenos neumáticos.
En la práctica esto quiere decir que cuanto más cansados, hambrientos, o estresados estamos, más fácilmente vamos a sucumbir a las tentaciones o menos resistiremos llevar a cabo trabajos tediosos, molestos o cansados. Por este motivo, es importante poner una especial importancia a mantener nuestro vehículo en perfectas condiciones.
La productividad no es trabajar mucho sino trabajar mejor, más eficientemente. Lo que se traduce, en menos horas y más resultados. Este es el secreto. No se trata de estar horas delante de un ordenador, sino precisamente, de estar las menos posibles.
Cómo dejar de auto sabotearte
Para empezar este viaje juntos, es importante que empieces a poner atención a cada una de las situaciones de tu día a día: Tus distracciones, pero, sobre todo, qué las dispara.
Seguramente, te pasa como a mí, que vives sumergido en un sinfín de actividades que nunca se acaban. El inconveniente de estar tan enfocado en lo qué haces, es que no lo estás en lo qué sientes. Y aquí, sentir es la clave de esta ecuación.
Tomando conciencia, empezarás a convertirte en un experto de ti mismo. Algo fundamental para empezar a mejorar.
Te invito a que lleves un diario (está va a ser tu primera tarea del curso). Nada sofisticado, algo simple. Anota cada vez que te distraes. Para un segundo y pon atención a cómo te sientes: ¿Estás cansado? ¿Estás aburrido? ¿Estás preocupado? ¿Está desmotivado? Es muy importante que en ese preciso instante tomes consciencia del estado emocional que te ha sacado de tu estado de “Flow”.
El estado de Flow, lo popularizó el psicólogo Mihály Csíkszentmihályi (discúlpame porque este nombre me parece impronunciable) y se caracteriza por un estado mental donde la percepción del tiempo casi desaparece y donde el esfuerzo casi no se siente mientras mantienes tu concentración.
Bien, volvamos a las circunstancias del presunto auto sabotaje. Si ya has conseguido detectar cómo te sentías en ese momento en concreto, ahora es interesante saber qué te llevó a él: ¿Qué estabas pensando? Es verdad que no siempre va a ser un pensamiento ya que podría ser simplemente cansancio o la necesidad de una recompensa. Pero es importante que te acostumbres a explorar.
Cuando hablo de qué estabas pensando, me refiero a qué tipo de diálogo interior estabas llevando. ¿Qué te decías? ¿Esto es muy aburrido? ¿Nunca lo voy a terminar? ¿Esto no sirve para nada? ¿Soy muy malo en esto? Identificar tu diálogo interior te va a permitir avanzar y explorar una parte más jugosa de tus pensamientos y que es las imágenes que te generas.
Muchas de nuestras emociones provienen de representaciones mentales visuales que nos generamos sin darnos cuenta.
Si ahora piensas en tu plato preferido, seguramente estarás creando una imagen de ello, ¿Cierto? Es esta imagen la que te hace saber que te gusta ese plato o hasta despertarte el hambre. Vivimos rodeados de nuestras propias imágenes mentales respondiendo a ellas de modo inconsciente por este motivo, es importante que puedas conectar la emoción con tu diálogo interno, y este a su vez, con una imagen.
Estas imágenes pueden ser de ti no acabando el proyecto, de horas y horas de trabajo o de simplemente, de horas trabajando para nada. Cada una de ellas, te hará sentir de un modo que no es agradable, y por lo tanto, que tu cerebro tratará de evitar.
Si no quieres anotarlo, al menos tómate tu tiempo para observarte, te garantizo que cuando más lo hagas, más podrás hacer los ajustes para cambiar esta parte.
De todos modos, y cómo te decía, puede haber muchos aspectos que influyan en porqué dejas algo a medias o te distraes incesantemente, y muchos de ellos requieren un lugar a parte para ser abordados.
Por el momento, es muy relevante que entiendas que no te auto sabotees, sino que básicamente respondes a procesos mentales y emocionales internos que se pueden cambiar.
Es aquí donde las herramientas de la PNL son tan útiles ya que te permiten cambiar el modo en que piensas con respecto a tus objetivos, motivarte mejor y por supuesto, tomar mejores decisiones.
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