Debo admitir que yo soy el primero que me he hecho esta pregunta muchas veces y la respuesta no es nada simple pero si muy interesante. En este artículo pretendo darte una serie de claves que para nada van a ser mágicas pero sí muy útiles para que puedas gestionar mejor tus emociones.

1.- Las emociones no existen

Aunque este pueda sonar casi contradictorio al título del artículo muy pronto verás que no lo es en absoluto. ¿Por qué digo que las emociones no existen cuando sabes perfectamente que tú las sientes? De hecho, las emociones es como le llamamos a un conjunto de sensaciones que sentimos. Para poder hablar de ellas con otras personas les hemos puesto nombre como al color rojo. La palabra “rojo” no describe en absoluto la experiencia visual de ver dicho color. Pero si nos permite hablar sobre él. Es lo mismo que cuando un adolescente te pregunta qué es “estar enamorado”. No hay palabras suficientes para describir el conjunto de sensaciones que vivimos. Y mucho menos para alguien que no lo ha experimentado nunca. Las emociones se refieren a cómo hablamos de lo que sentimos y es importante diferenciarlo. De este modo, abrimos las puertas a poderlas transformar.

2.- Sentir es natural

De pequeños nos hacen creer que sentir mucho o sentir ciertas sensaciones (y expresarlas está mal): “No llores”, “No te enfades”, “No te quejes” y acabamos generando una relación negativa con sentir. Cuando trabajo con gente me dicen: “Lo siento, soy una llorona”, “Perdona que llore”, etc. Yo les digo que es lo más normal del mundo. Normalizar el sentir es muy importante para no intentar “reprimir”. Es decir, bloquear la sensación o distraerse con otro estímulo para no poner atención a la sensación que no nos gusta. Normaliza sentir, ponle atención. Sentir no es de sensibles o de mujeres o de lloricas o de lo que sea. Sentir te hace humano (otros animales también sienten por supuesto, pero a su manera). En este sentido, te recomiendo que al acabar de leer este artículo veas mi vídeo sobre Stranger Things donde te hablo precisamente de las emociones y nuestra relación con ellas.

3.- Tú no eres tu emoción

Lo que tú sientes no tiene nada que ver con quien eres. Muy a menudo confundimos lo que nos pasa con quien somos: Soy muy perezoso, soy un “angustias”, soy pesimista, soy enamoradizo…

Tus sensaciones forman parte de ti pero por supuesto, no eres sólo el conjunto de ellas. Eres muchísimo más. Identificarse con lo que sientes te puede llevar a pensar que no hay mucho que hacer, que “así es la vida”, es lo que hay o que “así soy yo”.

Desidentificarse es un paso previo para creer que es posible cambiar lo que sientes y te abre las puertas para llevar a cabo los ajustes necesarios. 

4.- Sentir es un hábito

Sentir es un proceso. Sentimos porque respondemos a estímulos externos que nos hacen pensar de un modo que dispara estas emociones dentro nuestro o directamente, estos estímulos nos llevan a un anclaje emocional.

Cualquier proceso que se repite en el tiempo se convierte en una habilidad y esa habilidad puede acabar siendo un hábito.

Por ejemplo, en una relación de pareja se pueden generar hábitos. Cada vez que no me siento atendido adecuadamente, me genera enfado. Cada vez. Y como sucede muchas veces al día o la semana, ya forma parte de mi personalidad. Me enfado con tanta facilidad que me acostumbro a ello. De hecho, hasta puede ser que obtenga un beneficio de ello, como que me vuelvas a hacer caso. Rompe el hábito.

5.- Identifica el beneficio

Las respuestas emocionales, como cualquier otro comportamiento, son funcionales y adaptativas hasta cierto punto. ¿Qué beneficio obtienes de sentirte como te sientes? Una emoción mantenida en el tiempo la llamamos estado emocional en PNL. ¿Por qué? Aunque ni los propios psicólogos se ponen del todo de acuerdo a lo que le llaman emocional, en general es una respuesta inconsciente y preconsciente de muy corta duración. Es decir, cuando te das cuenta que la estás sintiendo ya hace unos milisegundos que se ha generado. A veces tarda más o menos en desaparecer, dependiendo del tipo o intensidad pero nunca dura muchas horas. Eso es un estado emocional. Es decir, llevamos a cabo un proceso en nuestra mente recordando o imaginando que va a suceder. Y ese proceso persigue un objetivo: cambiar algo del pasado que ya sucedió o controlar algo del futuro que todavía no ha ocurrido. Identifica esta intención positiva y respétala en la medida de lo que sea posible o redefínela si es posible. Al fin y al cabo, como dice el Dr. Bandler: lo mejor del pasado es que ya pasó y lo mejor del futuro es que está por llegar.

6.- Considera cambiarlas

Si después de aceptarlas, de entender que sólo son una parte de ti, de descubrir su intencionalidad y lo que obtienes al sentirlas, todavía consideras cambiarlas, la PNL te ofrece muchas herramientas para ello.

  • Anclajes emocionales. Si se trata de sólo un anclaje emocional, lo mejor es hacer un colapso de anclas, una técnica que encontrarás explicada en mi curso de PNL gratis en YouTube o que aprenderás a hacer en uno mis cursos.
  • Submodalidades. Cambiar el modo en cómo nos representamos las sensaciones es una de las herramientas más poderosas de la PNL si se entiende el modelo completo que se propone. Es un modo rápido y eficaz de actuar sobre la propia sensación o sobre las imágenes y sonidos que la acompañan.
  • Cambiar el significado. Otras veces el estado emocional surge de qué significado le damos a lo que está sucediendo y que está conectado con nuestros valores. Cuestiónate la realidad de lo que estás viviendo porque es probable que con más flexibilidad en su interpretación, puedas vivirlo de un modo más útil para ti.

Cada una de estas partes y herramientas son la base del trabajo que hago en mis cursos de PNL de un modo exhaustivo y riguroso, siempre experimentando con uno mismo para luego poder ayudar a los demás a entender el funcionamiento de su mente y de este modo, ganar en libertad emocional.

Gracias a la libertad emocional, podemos hacer que nuestra vida sea más como nosotros queremos y responder menos de un modo inconsciente al entorno en el que vivimos.

Si quieres aprender a saber hacerlo, te recomiendo que entres en nuestra página web y descubras todas las herramientas que tenemos a tu disposición. La vida es para que la conduzcas tú, no para que lo hagan otros.