¿Tú también formas parte de los tímidos de este mundo? Quizás no te atrevas a hablarle a alguien o no puedas ni mirar a la cara de esa persona que te gusta. Yo estuve ahí, créeme. Y durante mucho tiempo de mi vida, hasta que aprendí cómo aumentar mi autoestima con PNL.
No sé tú, pero yo perdí una cantidad de oportunidades increíbles por no poder afrontar una conversación.
Te cuento el caso de Ester como te podría contar el caso de muchas otras chicas, pero debo reconocer que ella fue el primer amor “serio” de mi vida.
Iba a mi clase y era todo lo que un niño de 11 años podía desear: guapa, inteligente, aplicada, simpática, deportista, ¿Sigo? Bueno, al menos es cómo yo la recuerdo 37 años después…
El caso es que, durante muchos años, nunca, nunca, conseguí decirle ni una sola palabra de lo que pasaba por mi cabeza (qué lástima, ¿verdad?) [Ahí si quieres le pones tú los violines melancólicos.]
En mi cabeza el rechazo era tan claro y evidente que no valía la pena ni probarlo. Y como te decía, ella sólo fue la primera de una serie de derrotas que sucedían sólo en mi mente.
Pero 30 años después, decidí hablar de ella en una conferencia delante de miles de jóvenes. Obviamente, la intención no era hacer un tributo a la perfección platónica de una niña de 11 años sino hablar de cómo tu mente puede estar frenando tus opciones de éxito.
Y para hacerlo, la contacté por Facebook y le pedí permiso. Al hablar con ella me comentó algo que me dejó en shock. Me dijo que cuando mi padre murió cuando tenía 12 años, su madre quedó muy afectada porque ella y mi padre habían salido juntos durante un tiempo.
No pude más que decirle: “Pues mira, mi padre lo supo hacer mejor que yo”.
Luego, la pregunta es: ¿Qué sucede para que no podamos hablar con alguien o sentirnos bien con nosotros mismos?
Hipótesis #1: El poder de la autoridad
Cuando yo era pequeño, parecía que no podía tener contento a mi padre. El modo en cómo andaba, el modo en cómo escribía, todo estaba mal. “¡Es que mira cómo andas! ¡Pareces una niña!” “Mira que letra que haces. Repítelo”. Nada era lo suficientemente bueno para él.
Ahora entiendo que eso hablaba de su necesidad y de sus heridas y no de mí. Yo le hacía de reflejo de su propia insatisfacción.
Obviamente, con 10 años yo no tenía ni idea de eso. Y, de hecho, da igual la edad. Hay una parte de nosotros que sí puede filtrar lo que nos dicen, y otra que no. Con 10 años y siendo mi padre, eso, mi padre; lo que él dijera me impactaba mucho.
Lo mismo pasa con abuelos, profesores o entrenadores.
En un momento de tu vida en que no sabes quién eres ni cómo eres, la información del mundo exterior ayuda a construir esa imagen.
Pero eso no quiere decir que no puedas cuestionar a esas personas que te dijeron que no eras lo suficientemente buen@, list@ o cualquier otra cosa que te haya llegado a afectar de mayor.
Por mucho que te lo pareciera en ese momento, nadie es experto en ti. Nadie sabe lo suficiente de quien eres tú y de tu potencial. Ni padres que no saben detectar ni habilidades ni potencialidades futuras, ni los profesores que sólo te ven en el contexto de la escuela y dentro del encorsetado mundo de la educación reglada.
Ya es hora que cuestiones viejas ideas y que utilices el pensamiento crítico para ello. El metamodelo del lenguaje en conjunción con el pensamiento crítico son herramientas muy poderosas que enseño en mis cursos de PNL y que pueden liberarte de esas ideas.
Hipótesis #2: La imagen que creamos
Somos seres de representaciones mentales. Experimentamos el mundo a través de nuestros sentidos y generamos bonitas imágenes en nuestro cerebro llenas de sonidos que nos generan sensaciones.
¿Sabías que la imagen sensorial de tus manos es mayor proporcionalmente a la de tus piernas? ¿Sabes por qué? Porque hay muchas más terminaciones nerviosas en tus dedos en proporción a la superficie.
¿Qué imagen tienes de tu cuerpo? Y no me refiero la que refleja el espejo sino la que aparece cuando cierras tus ojos. No es tan fácil de ver como la del espejo, pero esa es la que cuenta ya que pocas veces durante el día tienes un espejo delante.
Además, muchas veces esa imagen es en referencia a otras personas. He tenido muchos clientes que se ven más pequeños según si la persona que tienen delante les parece más atractiva comparativamente de lo que piensan que son ellos.
Revisar estas imágenes es una práctica habitual en PNL ya que en la programación neurolingüística, aprendes a identificar y a modificar dichas representaciones mentales para poder sentirte mejor.
Sin esa consciencia es imposible ajustar y sin dichos ajustes, pueden estar atrapad@ en un bucle de malas sensaciones que no controlas. Cuando esto sucede, y nos sentimos mal en ciertas situaciones o nos culpamos por ello, pensando que algo anda mal en nosotr@s o nos convertimos en víctimas del mundo y nos parece que los demás nos hacen la vida imposible.
La realidad es que, sin darnos cuenta, somos nuestros peores torturadores. No par maldad sino por inconsciencia.
En mi cabeza, la escena de Ester diciéndome que no le interesaba era tan clara que nunca lo intenté. Así sin más.
Hipótesis #3: La catástrofe que lo cambia todo
Cuando pensamos en maneras horrendas de morir lo primero que nos viene a la cabeza es un accidente aéreo. ¿Es que acaso caen aviones del cielo cada día? ¿Cada semana? ¿Cada mes? Ni por asomo. La industria aeronáutica ha invertido millones de euros en hacer cada vez más seguros los aviones hasta el punto que, gracias a la super automatización de los aviones, hoy en día serían capaces de despegar, volar y aterrizar solos.
Piénsalo así: Volar implica que unos pilotos altamente cualificados, manejen un vehículo que se pilota sólo, utilizando procedimientos probados, estandarizados y obligatorios, por unas vías súper específicas y siempre controladas por profesionales que se encargan de organizar el tráfico aéreo.
La realidad es que muere más gente atropellada o directamente en accidentes de automóvil que en accidentes aéreos.
Vamos a ponerle números por un momento: mientras que la probabilidad de morir en un accidente de tráfico es de 1 entre 110, la de morir en un accidente aéreo es de 1 entre 1.4 millones y la de morir por alcance de rayo es de 1 entre 1 millón.
A pesar de eso, las aparatosas imágenes hacen que lo que es una excepción y una rareza estadística se vuelva un miedo ingestionable para algunos.
Una mala experiencia cargada de emoción, cobra una importancia especial en nuestro cerebro y lo convierte en más relevante de lo que es.
Esa persona que se rió de ti en público causó en ti tal impacto emocional, que la excepción se ha vuelto la regla general y cada vez que piensas en hablar en público, te asalta ese recuerdo. ¿Tienes más? No, ¿Verdad? Pero en realidad no importa. Ya sirve.
Saber desactivar esos recuerdos es una vez más trabajo de la PNL que nos permite dejar de responder emocionalmente a lo que en realidad fue una mala experiencia, pero una y sólo una.
Hay más posibilidades, pero con estas tres creo que puedes entender el papel que tiene ser el director de tu mente y no sólo un músico que toca al son de lo que alguien más decide.
Ciertamente, no tiene porque ser simple, ni rápido (aunque a veces te sorprenderías) pero lo que sí puedo decir es que el camino vale la pena.
Crecer por dentro y por fuera es casi la obligación de cualquier ser humano, y mientras muchos se esfuerzan en verse mejor por fuera, son menos los que invierten tiempo en hacerlo también desde el lugar que da más beneficios que es tu interior.
Hacerlo por dentro, no solo puede ahorrar costos tratamientos estéticos, sino que mejora el modo en cómo te presentas a la sociedad, tu carisma, seguridad, congruencia y en general, las relaciones con aquellos que quieres.
Como siempre el tema es saber cómo hacer esto. Personalmente creo que es muy difícil hacerlo uno sólo, hasta hacerlo en un curso, y con los años me he dado cuenta que la combinación de mentorías personalizadas y cursos reducidos, son el modo de asegurar un proceso de transformación adecuado.
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