Abre tu corazón“. Seguramente uno de los consejos que más me han servido en mi vida, Reconócelo: nos cuesta ser sinceros. Y no se trata de decir la verdad o no, se trata de hablar de ti desde la fragilidad que sientes cuando expones tus debilidades, tus inseguridades o tus defectos.

Hace unos días hablaba con el director general de una empresa mientras hacíamos un role play. Le estaba diciendo a su empleada que no estaba llegando a los objetivos acordados. En el fondo le decía que no era lo suficientemente buena para él.

Pero de lo que no hablaba es de cómo él la había fallado. De cómo no se había dado cuenta que ella estaba pasando un mal momento y cómo no había hecho lo suficiente para estar a su lado.

Él no habló de sus propias debilidades e inseguridades. Claro, ¿Cómo lo había de hacer si es el “CEO” de la empresa? Sin esa parte, no hay profundidad, y sin profundidad, no hay transparencia, y sin ella, confianza.

No hace falta ser ningún directivo, para ser lo suficientemente valiente y hablar de aquello que nos hace sentir que somos menos. La realidad es que cuando lo haces, te conviertes en más. Una vez te has deshecho de esa máscara, no hay nada que temer, porque todo está dicho y visto.

Hablar desde el corazón genera una honestidad diferente. Que se siente intuitivamente. Genera coherencia cardíaca. Un estado del corazón muy particular y descrito por los neuro cardiólogos. Es un estado de paz, de serenidad. De bienestar.

Podemos reaccionar al campo electromagnético del corazón de otra persona hasta a un metro de nosotros. El corazón no se equivoca porque el corazón percibe, pero no tiene prejuicios sociales o culturales.

Habla desde el corazón y para un corazón. Verás que tu comunicación se transforma.

Pero, ¿Qué es la coherencia cardíaca? Es un estado de nuestro corazón donde el sistema nervioso autónoma está equilibrado y permite al corazón latir con grandes variaciones en el pulso.

Tenemos la percepción que el corazón es constante como un metrónomo, pero es justamente lo opuesto. Cuanto más varía el latido, más sanos estamos y mejor nos sentimos.

El miedo es el principal enemigo y nos hace perder la coherencia cardíaca. Y esto se nota inmediatamente en una persona.

Y lo opuesto también es cierto. Personas como el Dalai Lama, son inmediatamente carismáticas por su estado emocional interno, pero también por el estado de coherencia cardíaca que han alcanzado. Si quieres más información, te dejo este artículo que escribí hace un tiempo: https://talentinstitut.com/talent/que-es-la-coherencia-cardiaca/

¿Cómo se consigue?

Lo primero de todo es darte cuenta de tus propios miedos e inseguridades. El juego interior es el primer lugar a donde mirar.

Normalmente las personas tienen 3 grandes miedos.

  1. Miedo al rechazo.
  2. Miedo a no ser lo suficientemente bueno.
  3. Miedo a no tener el control.

Miedo al rechazo

Fíjate si tienes miedo a no gustar, a estar solo o sola. A no formar parte del grupo. A que te rechacen o no te valoren. Date cuenta cómo esa misma inseguridad aparta a los demás. Los seres humanos nos queremos sentir bien al lado de aquellos que nos dan seguridad.

Miedo a no ser lo suficientemente bueno

La imagen que nos creamos de lo que podemos hacer o no se puede entremezclar con lo que somos. Es decir, nos identificamos con aquello que hacemos y logramos. En vez de hacerlo con aquello que valoramos, sentimos, creemos. Tú no eres aquello que consigues. Eso es sólo una parte de ti.

Aunque a veces el miedo proviene de las implicaciones de no ser lo suficientemente bueno. Perder el trabajo, ser rechazado, defraudar, etc. Una vez más, es importante abordar lo que los otros esperan de ti, pero también lo que tú crees que esperan de ti. Quizás sea mejor aclararlo y buscar puntos de trabajo que te generen seguridad.

Miedo a perder el control

Necesitas sentir que puedes hacer cosas a tu alrededor y que llevarán a un resultado esperado. Pero no todo está bajo tu capacidad de influencia. Sobre todo, la gran mayoría de la gente que te rodea. Ell@s tienen sus propias prioridades, objetivos, necesidades y perspectivas sobre aquello que les rodea. Es una negociación constante que no da garantías de nada y que te puede generar inseguridad. No se trata sólo de confiar en los demás, se trata de confiar que tu vas a ser capaz de lidiar con los demás.

Estos son algunos de los pasos para avanzar y ser capaz de hablar desde el corazón, de modo que los demás noten en ti esa confianza que emana de tu interior. Eso les tranquilizará, y todo fluirá más.

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